lunes, 11 de junio de 2012

IMPAGO DEL SALARIO O RETRASO EN EL ABONO DEL MISMO POR PARTE DEL EMPRESARIO.

Uno de los derechos básicos de los trabajadores es la percepción puntual de su retribución. Ante el impago o el retraso continuado en el percibo de sus nóminas, el trabajador puede ejercitar la acción de extinción por voluntad del trabajador por incumplimiento del empresario, tal y como viene establecido en el artículo 50.1 letra b) del Texto Refundido del Estatuto de los Trabajadores.

Dado que el legislador no ha precisado cuando nos encontramos ante falta de pago o retrasos continuados requeridos para que prospere dicha acción, debemos acudir a la jurisprudencia para poder aclarar este aspecto.

Durante los años 80, el Tribunal Supremo mantuvo una línea jurisprudencial en la que exigía para la aplicación del artículo 50 del E.T., que el incumplimiento contractual por parte del empresario fuera grave y culpable.

Esta línea jurisprudencial fue rectificada a partir de la STS 24-03-1992 “la extinción del contrato por la causa del artículo 50 no se produce por el dato de que el incumplimiento empresarial sea culpable, sino que la culpabilidad no es requisito para generarlo” “es indiferente que el impago o retraso continuado del salario venga determinado por la mala situación económica empresarial”. “debe valorarse exclusivamente si el retraso o impago es o no grave o trascendente en relación con la obligación de pago puntual del salario, partiendo de un criterio objetivo, temporal y cuantitativo.”

En este sentido, la STS 22-12-2008, entre otras muchas nos da una visión de que se entiende por retrasos continuados, persistentes en el tiempo y cuantitativamente importantes, pues en dicho caso se alcanzó un promedio de 11,20 días de retraso durante el periodo de 336 días.

Por ello es importante acreditar desde cuando se vienen produciendo los retrasos en el pago de los salarios por parte del empresario y hallar el promedio de días de dichos retrasos.

Se establece como hemos visto un único requisito que autoriza la extinción causal del artículo 50.1 b) del E.T. y es el requisito de la gravedad del comportamiento por parte del empresario.

Tal y como se ha venido precisando jurisprudencialmente, el requisito de la gravedad del comportamiento es el que modela en cada caso la concurrencia del incumplimiento empresarial, y la culpabilidad no solamente no es requisito para generarlo sino que incluso es indiferente que el impago o retraso continuado del salario venga determinado por la mala situación económica de la empresa. La modulación del requisito de la gravedad se acude a un criterio objetivo (independiente de la culpabilidad de la empresa), cuantitativo (montante de lo adeudado), temporal (continuado y persistente en el tiempo). Es decir cuando el impago o los retrasos de los salarios no es un mero retraso esporádico, sino una conducta continuada.

En este sentido la doctrina de la Sala del Tribunal Supremo ha apreciado esa gravedad entre otras en STS 17-10-2006 (retraso tres mensualidades de salario y prestación I.T.), STS 28-04-2009 (media de retraso en el pago en los últimos meses de 28 días y el impago de tres meses de salario), STS 26-05-2009 (retrasos en el abono de salario de una media de 11 días al mes a lo largo del último año).

Por otro lado, es importante también conocer cómo debe de ser la actuación del trabajador ante el impago o los retrasos continuados.

En primer lugar, es importante señalar que la no reacción del trabajador ante la situación de retrasos o impago de sus nóminas por parte del empresario, no supone un consentimiento tácito de dichos retrasos.

El trabajador tiene que solicitar la extinción de su relación laboral sin abandonar el puesto de trabajo, dado que la extinción se produce cuando la sentencia firme estime que la empresa ha incurrido en alguna de las causas que da lugar a ella, pero no antes de hacerse este pronunciamiento.

Es importante señalar también que la acción de extinción del artículo 50.1 b) no está sujeta a plazo de prescripción, pudiéndola ejercitar el trabajador cuando quiera, siempre que concurran los elementos mencionados anteriormente.

Alejandro F. Ripollés Sanz






3 comentarios:

  1. Buenas tardes,

    interesante artículo. Mi caso es el siguiente:

    - La extra de Diciembre2012 nos la pagan en marzo (3 meses )
    - Desde Julio 2013 nos van debiendo siempre dos nóminas (7 meses )

    Hay jurisprudencia para extinción de contrato?? se puede denunciar e ir ampliando si persiste el retraso con el fin de ganar tiempo??

    Saludos

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  2. Estimado lector,

    En primer lugar, hay que diferenciar 2 situaciones. La primera situación es el impago de salarios. Siendo el impago que me comenta de 2 nóminas (excluyendo la extra), le aconsejo esperar a que se acumulen al menos 3 nóminas.

    La segunda situación es el retraso en el pago de nóminas. En su caso viene acumulando retrasos durante 7 meses, y la jurisprudencia viene estableciendo como umbral el año de retrasos.

    También depende de si ha habido acuerdo con los representantes de los trabajadores o no.

    Por otro lado, el Tribunal Supremo viene estableciendo que esa situación de impago o retrasos debe estar esté presente en el momento de presentación de la demanda. Sin embargo, también hay sentencias de diferentes TSJ que dan la posibilidad al empresario de enervar la acción o convertirla en un mero retraso si efectúa el pago antes de la vista oral. Por lo tanto, depende del foro donde vayas a demandar.

    En conclusión, como mecanismo de presión para que el empresario pague, siempre puedes presentar la demanda y hacer el acto de conciliación y luego plantearte si presentas la demanda o esperas a acumular más retrasos o impagos de salarios.

    Saludos.

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  3. Una sentencia del Tribunal Supremo, que es un caso análogo al que me comenta (impago de nóminas de 2 meses y retrasos durante aprox. un año) es la de fecha 19 de noviembre de 2013.

    En ese caso, la empresa paga las 2 nóminas que le debía al actor antes del juicio. Aún así el juez estima la extinción con el pago de la indemnización por despido improcedente.

    Saludos.

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