jueves, 13 de septiembre de 2012

El patio del colegio


De pequeño, no había sensación peor que estar jugando a fútbol en el patio del colegio con tus amigos y que viniera “un mayor” y que, sin venir a cuento, te enviara la pelota más allá de las paredes del recinto escolar, obstáculo insalvable a esas edades tempranas.

Una mezcla entre impotencia, rabia, incomprensión se apoderaba de mí en esos momentos. Mi cabeza no lograba entender que satisfacción podía encontrar alguien en fastidiar un inocente juego de niños.

Pues bien, esta sensación es la que más o menos debe sentir los empresarios después de varias Sentencias dictadas tras la reforma laboral, sobretodo en cuanto a despidos colectivos se refiere.

Después de que el legislador reformara el artículo 51 del Estatuto de los Trabajadores, a través de la entrada en vigor de la Ley 3/2012, de 6 de julio, de medidas urgentes para la reforma del mercado laboral, parecía que les estaba entregando un cheque en blanco a los empresarios para efectuar despidos colectivos a su antojo.

No cabe duda que la voluntad del legislador con dicha reforma ha sido, por una parte, eliminar los elementos de incertidumbre y dotar de mayor flexibilidad a los empresarios a la hora de efectuar despidos colectivos y, por otro lado, evitar que los Tribunales emitan juicios de oportunidad en relación con la gestión de las empresas. Sin embargo, están siendo los jueces quienes, como no podía ser de otra forma, están matizando y tratando de poner freno a esa flexibilidad de despido para los empresarios y paliando de alguna manera los efectos negativos de la reforma laboral para los trabajadores en lo que se refiere, al menos, a los despidos colectivos, atacando sobretodo al aspecto formal de los mismos.

Se puede decir que los jueces han entrado a mitad partido de los empresarios y les han quitado el balón, al más puro estilo Luís Figo en el famoso anuncio de una marca de refrescos en el que, el ex futbolista portugués, paraba un partido diciendo: “Eh sschavales, fin do partido”.



Alejandro F. Ripollés Sanz. 
Abogado laboralista.

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